
El proceso de modernización protagonizado por nuestro país en las últimas décadas, sobre todo desde la incorporación a la UE, ha significado una notable mejora para el consumidor en todos los sentidos. En el caso del sector de la hostelería y la restauración, el aumento de controles implica una mayor higiene que garantice el mejor de los servicios.
Por eso, los restaurantes y otros locales dedicados a proporcionar comidas al público, incluidas las empresas de catering, tienen que tomarse el tema de la limpieza de sus negocios como esencial. Una higiene que debe realizarse de forma profesional y diseñada atendiendo a las peculiaridades de las distintas actividades que implican.
Los profesionales y los materiales de limpieza
Para empezar, hay que cuidar el tema de los proveedores de las materias primas con las que se va a trabajar. Hay que exigir que todos lleguen manufacturados en óptimas condiciones de salubridad. Se debe exigir el sellado y etiquetado correspondiente a cada tipo de producto.
Por nuestra parte, debemos limpiar y desinfectar los espacios de almacenaje, incluyendo servicios de control de posibles plagas de insectos u otros animales.
El personal que manipula estos productos debe vestir adecuadamente. Lo más recomendable es usar ropa blanca y calzado de suela de caucho plana.
La limpieza de la cocina
En la cocina propiamente dicha es imprescindible que se mantenga el orden y la limpieza máxima en todo momento. Con especial atención a los recipientes de la basura y los desechos. Todo el equipamiento de la cocina debe ser desmontable para facilitar su limpieza. Mejor elegir materiales no porosos para las superficies.