El origen histórico del síndrome de Diógenes
El síndrome de Diógenes, o mejor llamado, Trastorno de acumulación compulsiva, es un trastorno conocido porque las personas que lo sufren tienden a acumular en sus domicilios grandes cantidades de objetos, basura y desperdicios domésticos, hasta el punto en el que las condiciones ambientales pueden suponer un serio riesgo para su salud y ocasionar problemas de convivencia con quienes están próximos.
Su nombre tiene un origen curioso y casi paradójico, en la persona de uno de los filósofos más originales y carismáticos que nos ha dado la cultura helénica.
Diógenes de Sinope
Diógenes de Sínope nació en esta última colonia griega, situada a las orillas del mar negro, en el 412 antes de Cristo. Sin embargo, tras su exilio de esta ciudad, se afincó en Atenas, donde coincidió, entre otros, con Platón.
Diógenes se convirtió en uno de los principales exponentes de la escuela cínica, caracterizada por la concepción de que el hombre poseía ya por sí mismo las condiciones necesarias para alcanzar una vida feliz y, en consecuencia, también por un profundo desprecio a las riquezas y a la acumulación de bienes materiales. En cierto sentido, este axioma de la filosofía cínica podría ejemplificarse con un conocido dicho popular del castellano: ‘no es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita’.
El caso es que esta forma de pensar llevó a Diógenes a adoptar un curioso estilo de vida: según las crónicas de la época, vivía como un vagabundo, con una gran tinaja como todo hogar, y sin apenas pertenencias. Al mismo tiempo, se introducía en las discusiones filosóficas de los más ilustres atenienses (incluido, por supuesto, Platón) a menudo con sorna y desprecio, lo que le valió fama de no saber tratar con las personas.