El fregadero es una de las instalaciones de la casa que más gérmenes acumula. Según un estudio realizado en conjunto por la Fundación de Estudios para la Salud y la Seguridad Social (FESS) y la Universidad de Barcelona, en él se concentran hasta 100.000 veces más microorganismos que en el baño.

De aquí la importancia de limpiarlo y desinfectarlo con regularidad, y no solo para acabar con la suciedad y los malos olores, sino también para evitar posibles atascos.

En este sentido, es necesario retirar bien la comida antes de fregar platos u otros utensilios, así será más complicado que se acumulen restos que puedan obstruir las tuberías. También se desaconseja verter el aceite de cocinar por el desagüe, pues además de ser poco ecológico, puede solidificarse y provocar un atasco, y más si contiene restos de alimentos.

Arrojar otros productos químicos más allá del detergente de fregar platos, como pinturas o desinfectantes, tampoco es aconsejable. Estos suelen ser muy grasientos, y pueden provocar una obstrucción.

En otras ocasiones, hemos hablado de las ventajas de usar vinagre y bicarbonato de sodio para limpiar electrodomésticos, utensilios y superficies de la cocina. Esta combinación de productos no solo ayuda a retirar la suciedad más fácilmente, también funciona genial para desinfectar y desengrasar. Igualmente, te será muy útil para eliminar atascos.

Solo debes echar una taza de bicarbonato por el desagüe, asegurándote que se filtra bien por el hueco del fregadero, y otra de vinagre. Luego, coloca el tapón y deja actuar media hora. Pasado el tiempo, vierte abundante agua caliente y comprueba las resultados. Si a la primera no consigues deshacerte del atasco, puedes repetir la operación varias veces.

Esta alternativa es mucho más respetuosa con las tuberías que los desatascadores químicos, pues la mayoría son muy corrosivos y pueden provocar daños considerables. Sí es cierto que existen algunos de gran calidad y sencillos de usar, mucho más suaves, pero también son mucho más caros.